Mis deseos para 2018

Con bastante retraso (tened en cuenta que en las redes sociales la inmediatez es una de sus características), acepto el reto/propuesta que me hicieron a través de Twitter, primero Virtudes Iglesias, uniéndose a una «cadena de felicitaciones» …

…… y unos días más tarde Fini Torralba y Amelia Aguilar , en conversación mutua insistían en ello….

…De manera que, aunque solo fuera por esas cariñosas peticiones, me puse a ello, y para no ser menos, lo intenté con un video, pero mi falta de pericia y el viento, me impidieron hacer algo inteligible; y bien que lo siento, pues había encontrado un entorno magnífico. Así las cosas he optado por este «formato post»

Bueno, mi primer deseo, es que este año 2017, acabe de una maldita vez. Ha sido un mal año para mí, muy doloroso en lo personal … y ello ha repercutido, sin duda, en lo profesional. No he podido cumplir alguno de los compromisos que había adquirido, y otros los he podido mantener gracias a la generosidad de buenos compañeros y amigos que no han tenido reparo en sustituirme.

Para 2018, obviamente, espero un «cambio de tendencia»…., y en lo referido al mundo de la administración pública, un par de deseos:

  • ¡¡Que nos dejen hacer!!. Yo creo que esa es una de las claves para fomentar cultura de innovación en el sector público. Mi visión de la innovación es más de ir poco a poco, de abajo arriba, de propiciar que las personas propongan y hagan…..Así lo he dicho ya en otras ocasiones,, como por ejemplo en este post de hace un par de años, a partir de una entrevista en INAP Social. También aquí o en este otro más antiguo
  • Y por otro lado mi deseo de que se mantengan y aumenten los espacios de encuentro, virtuales y presenciales, en los que, quienes nos etiquetamos como innovadores públicos, podamos conversar, y por tanto aprender unos de/con otros, y es que nadie sabe tanto como todos juntos. Confío plenamente en el incipiente, pero ya sólido, proyecto de #InnovacionOnTour

Pues eso, que ¡¡Feliz 2018!!. A falta de video 😦 permitidme que use este amanecer escogido entre los de este verano y que suelo compartir en redes algunas mañanas de julio

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LA «FESTA DEL TORRÓ»

Ayer, como desde hace unos 20 años, volvimos a participar en la «Festa del Torró», en una reunión organizada magistralmente, como siempre, por Paco y Eva 

El encuentro es en el campo, en la casa de la yaya Elvira, bajo cuyas instrucciones cumplimos escrupulosamente todos los pasos necesarios para hacer la mezcla de los ingredientes, preparar las cajitas de madera con su papel, introducir en ellas la masa, apretarla para que queda bien compactada, tapar y clavar, sellar e identificar, etc. También hacemos otros dulces, tales como almendrados, rollitos de anís, mantecados… de la manera más artesanal que os podáis figurar

20121208_140607Aunque, como veis, nos juntamos para hacer turrón y otros dulces de Navidad, esta fiesta es algo más;  Consiste, desde mi punto de vista en muchas cosas a la vez:

Una reunión de amigos. Efectivamente nos congregamos un grupo de amigos, residentes en distintos lugares de Alicante (y provincia) que nos conocemos en la mayor parte de los casos desde hace más de 30 años y que en buena medida somos originarios de lugares muy diversos de la geografía española. Significa para nosotros el anuncio de que llegan las fechas navideñas y es un lugar de encuentro, de reencuentro, con personas, amigos a los que hace tiempo que no vemos… de rememorar años pasados (cual abuelos cebolletas), repasar (y arreglar) el mundo, enterarnos de los eventos profesionales y familiares más recientes de unos y otros, contar y cantar… muchas risas, etc….

Un encuentro gastronómico. Sí, sí….lo habéis entendido bien. Desde hace bastantes años, cada uno de los asistentes preparamos y llevamos un plato, cocinado con el mayor de los cariños, en una especie de competición por saber cuál es el más bueno. La yaya, siempre, prepara un all i oli (de los que se hacen a mano) y un guisado de pulpo imposibles de superar. El amigo Sento, sobre el terreno, se marcó su gachamiga. Mª José aporta desde hace tiempo, unas increíbles manitas de cerdo. Ayer teníamos también níscalos, buenísimos, que nos trajeron baby y mariví, pollo escabechado de Trini, que cuando se pone a cocinar, se pone. El salmorejo de Isabel (no lo hay igual en el resto del mundo, os lo aseguro). Fernando se despachó con un arros amb fesols y naps, al más puro estilo valenciano cocinado en directo, y en mi caso, esta vez, no pudimos aportar nuestro tradicional civet de jabalí (por falta de materia prima) de manera que llevamos un combinado de frutas, muchas frutas distintas, pensando en que, a partir de ciertas edades, es lo que nuestros estómagos necesitan. Quien esté libre de omeprazol que tire la primera piedra. Me olvido de cosas, pero había tanto que es imposible recordarlo todo.

Y de vinos…. Buenos y variados son los caldos que se congregan en esta fiesta, de diversas denominaciones de origen y generalmente conocidos y apreciados. Nadie nos fiamos de llevar cualquier vino, no vaya a ser que nos lo recriminen… Sin embargo, en esta ocasión, sin ponernos de acuerdo previamente, dominaron los vinos de Alicante, monovarietales de Monastrell; apenas algunos riojas y poco más. Algún cava para después y los imprescindibles gin tonics cuando la tarea que nos había congregado ya estaba culminada.

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El relevo generacional. Si alguien teme por el futuro de esta fiesta, que no se preocupe. La generación siguiente está asumiendo sus responsabilidades en esta materia. Clío , gran anfitriona, está tomando el testigo con mano firme. Congrega a amigos y amigas que, junto con los hijos (ya muy crecidos) de los que tradicionalmente vamos, le dan frescura a este día.

A modo de bonus. Ayer, los Candela Gallud, nos obsequiaron con un entrañable regalo: un librito con una colección de fotos de años anteriores y parte del recetario. Me resultó muy emocionante. Es un gran recuerdo de todo lo que os he contado sobre esta fiesta.

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Para finalizar, comparto la receta del turrón de nieve:

Por cada kilo de harina de almendra, molida artesanalmente, 3/4 de kilo de azúcar almibarado con un vaso de agua y la raspadura de un limón

Así de fácil y así de natural

Si os ha gustado, en un par de semanas os cuento más cosas sobre el proceso de hacer turrón