INNOVACIÓN PÚBLICA Y PERSONAS

ParqueCientificoMurciaHace un par de semanas tuve ocasión de participar en la «Jornada de compromiso con la innovación en la Región de Murcia«, actividad organizada por la Universidad de Murcia y la Dirección General de investigación, innovación y sociedad de la información de la Consejería de industria, turismo, empresa e innovación de la Región de Murcia.

El programa proponía debatir en 4 sesiones de trabajo paralelas: territorios innovadores, TICs para la innovación, innovación social e innovación pública.

Enterado que está última iba a tener como moderador a Manolo Serrano, del ayuntamiento de Málaga y como uno de los ponentes principales a Joseba Pérez de Heredia, del IVAP (instituto vasco de administración pública), me interesé por su contenido y fui invitado a participar.

Tuvimos ocasión, en esta mesa sobre innovación pública, de conocer experiencias innovadoras, tanto las presentadas por los antes citados, como del propio gobierno murciano y de algunas de las entidades locales de la región; de forma muy rápida, también tuvimos ocasión de hablar de las experiencias innovadoras que en materia de formación impulsamos desde el departamento de formación de la diputación de Alicante.

El coordinador de la sesión, el buen amigo Manolo Serrano, había previsto cerrarla poniendo en común algunos factores de éxito, claves para la innovación pública, en torno a cuatro aspectos: planificación, organización, metodologías y personas, y me pidió que me hiciera cargo de este último; para ello, él me adelantaba los que creía eran los 5 más importantes, y sobre ellos, intenté hacer mi propia reflexión.

La dinámica de la sesión, sin embargo, impidió llevar a cabo esta dinámica de cierre en torno a los factores de éxito. Sin embargo, y sobre la parte que a mí me tocaba: PERSONAS, quería dejaros aquí mis «apuntes»:

personas_innovación

  1. Liderazgo: para que haya innovación en una organización pública, es preciso que esta sea liderada, pero no desde la concepción jerárquica imperante, sino desde un liderazgo facilitador. En la sociedad red ya no nos sirven los modelos jerárquicos tradicionales: director de área / jefe de servicio / sección / negociado … Necesitamos líderes que creen ecosistemas en los que la creatividad y la participación encuentren un caldo de cultivo ideal para crecer y generar innovación. Hemos de pasar de lo jerárquico a lo redárquico
  2. Formación: si importante es el liderazgo, no menos lo es la formación; para que la innovación prospere en el ámbito público, debemos potenciar la formación en habilidades interrelacionales, de trabajo en equipo, comunicativas, de negociación, etc. También precisamos habilidades digitales e intelectuales que nos ayuden a encontrar la información, tratarla, filtrarla, clasificarla….en definitiva lo que hoy entendemos por curar contenidos. Y también y sobre todo, se trata de crear espacios en los que los profesionales más expertos de la organización puedan poner en valor sus capacidades y experiencias de tal forma que los más jóvenes puedan aprovechar ese «saber hacer» y se potencien los aprendizajes experiencial y social.
  3. Motivación: a las personas nos motiva hacer catedrales y no picar piedra. Hay que romper con el «siempre se hizo así» tan característico de las organizaciones públicas. Hay que crear espacios en los que sea posible y deseable proponer cosas nuevas, que tener iniciativas esté bien visto, que podamos ensayar, probar y equivocarnos sin que ello conlleve penalización. Se dice que el más inteligente es el que más veces ha cometido errores.
  4. Equipo: la innovación, o es en equipo, o no es. A nivel individual podemos tener excelentes ideas y propuestas que debemos formular, pero solo desde el esfuerzo e inteligencia colectivos lograremos cambios sustanciales. Recordad que nadie sabe tanto como todos juntos y que el conocimiento, cuanto más se usa, más crece
  5. Reconocimiento: la administración pública, a veces, castiga a aquellos que hacen, y que, como son humanos, se equivocan. Alguna vez me habréis oído decir que en nuestras organizaciones públicas está mejor visto aquél que no hace nada, el funcionario clásico de los chistes, por una sencilla razón: como no hace, no se equivoca. Es muy importante el reconocimiento de su labor al innovador, incluso cuando las cosas no salen bien, y ¡¡cuidado!! cuando hablo de reconocimiento, no estoy hablando de gratificar con dinero. Hay que premiar con el reconocimiento público, dando visibilidad a nuestros innovadores. En alguna ocasión hemos reflexionado sobre el papel de los reconocimientos externos.

Seguro que hay otros factores de éxito que tienen que ver con los actores de la innovación. ¿Nos lo cuentas?