Rasgos de la cultura innovadora

En mi anterior entrada, os anunciaba la celebración de unas Jornadas de Innovación Pública en Málaga. Pues bien, ya de vuelta, en el blog profesional, he escrito unas líneas intentando hablar de los rasgos definitorios de nuestra manera de innovar. Dado que el público de uno y otro blog no son coincidentes, me permito replicarlo aquí

los cinco en Málaga. Premios

Los pasados días 31 de Marzo y 1 de Abril, hemos estado en Málaga, participando muy activamente en las Jornadas de Innovación en la Administración que el Ayuntamiento de la ciudad y el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP) organizaron.

Me permito hablar de participación muy activa, pues como departamento de formación hemos tenido presencia en varios apartados:

Por un lado, recogiendo los dos galardones que habíamos conseguido en la última convocatoria del INAP de «Calidad de la Formación para el empleo» y de los que ya os hablé en su momento en otro post.

También estuvimos en la sesión de «8 buenas prácticas», toda vez que nos seleccionaron para que explicáramos nuestro modelo de comunidades de aprendizaje

 Pero lo que en realidad motiva escribir estas líneas, es que tuvimos doble presencia en la sesión de Pecha Kucha 20×20 de proyectos innovadores. El INAP seleccionó 14 ideas de las casi 30 recibidas, y entre ellas, las dos nuestras:

  • fem un café– «Fem un Café» de David Azorín, en la que sugiere una manera de aprender valenciano a partir de propiciar el encuentro entre personas que lo dominan con las que lo quieren aprender; con ello, está potenciando los ámbitos de aprendizaje informal, favoreciendo el establecimiento de redes de colaboración y creación de nuevos lazos interdepartamentales y de forma horizontal en nuestra Institución.
  • proyecto disraeli«Proyecto Disraeli» de Rafa Lifante, iniciativa que pone en valor el saber hacer, no necesariamente ligado al puesto de trabajo, de las personas de la organización, con el fin de que se conozca y se utilice. Lo que se consigue con ello, no es tanto un «repositorio» de habilidades que forman parte del conocimiento organizacional (que también) sino que se cohesione la organización con la creación de estas nuevas redes de colaboración. Por cierto, ésta recibió el primer premio, por votación de los asistentes

No quiero detallarlas más, pues he pedido a sus respectivos ideólogos que nos escriban un post cada uno relatándolas, de tal forma que los lectores de este blog obtengáis la información de primerísima mano.

Las iniciativas son distintas, evidentemente. Sin embargo, tanto la semana pasada hablando con ellos mientras preparaban las respectivas presentaciones, como viéndolas luego en Málaga, rumiaba sobre ellas e iba tomando conciencia de las enormes coincidencias en los valores que representan y que, quiero pensar, tienen que ver con la cultura corporativa de nuestro departamento, los valores que nos mueven y -por tanto- la propia concepción que tenemos sobre la innovación. Voy pues, a intentar explicar estos rasgos comunes:

– Sencillez: en ambos casos se trata de iniciativas muy potentes, pero realmente sencillas, sin alharacas tecnológicas. Si me permitís la expresión, son muy pedestres, van muy a ras de tierra, y ni siquiera van de abajo hacia arriba, sino que se crean por y para la base de la organización. Esta misma sencillez, las hace fortísimas en cuanto a su permanencia

– Viabilidad: en muchas ocasiones nos encontramos con ideas innovadoras muy imaginativas, pero que no pasan de ser eso, una idea. A veces los objetivos perseguidos son tan altos e inalcanzables, que devienen en inviables. Estas dos iniciativas no solo son viables, sino que ambas ya se han puesto en marcha. Por tanto ¿Qué mejor prueba de viabilidad?

– Eficiencia: desde mi punto de vista, innovación y eficiencia, deben conformar un binomio indivisible; es también muy frecuente encontrar ideas innovadoras que, para su puesta en marcha, precisan de grandes inversiones y recursos tecnológicos. Ello no las invalida, pero el valor que aportan es relativo. Tanto «Fem un café» como el «Proyecto Disraeli» son sencillamente a coste cero. Son fruto del esfuerzo personal de la gente implicada, y los recursos utilizados son siempre abiertos y gratuitos

– Transferibilidad: en un doble sentido. Por un lado porque, tal cual, pueden ser «copiadas» por cualquier otra organización, y por otro, porque, en ambos casos, son susceptibles de modificaciones y ajustes de tal manera que pueden aplicarse a cualquier otro ámbito. «Fem un café» ha nacido con vocación de favorecer el aprendizaje y uso del valenciano, pero puede aplicarse a cualquier otro idioma o al aprendizaje de otra materia. Disraeli puede aplicarse a cualquier organización, o usarse para conectar instituciones, o llevarse al ámbito escolar, por ejemplo … (alguna vuelta le estamos dando a estas variantes)

– Humanismo: no sé bien qué vocablo utilizar, pero lo que quiero plasmar es que son iniciativas pensadas y dirigidas a, por y para las personas. Piensan en personas y actúan sobre personas; no estamos pensando ni siquiera en puestos de trabajo. Están pues, más centradas en lo emocional que en lo racional. Son experiencias orgánicas que diría el amigo Manel Muntada

– Horizontalidad: ambas experiencias se ponen en marcha al margen de la jerarquía. No cuentan con ella más allá de los «permisos» pertinentes, y fomentan (ambas) la creación de redes entre iguales dentro de la organización; más allá del puesto de trabajo que ocupe cada uno, la jerarquía queda diluída en estas nuevas relaciones

– Dospuntocerismo: en ambos casos se parte de la premisa de personas colaborando, en horizontal, aportando cada uno al otro (a los demás) lo que sabe, su experiencia, y en actitud de aprendizaje mutuo. ¿No es (debería ser) ésta la esencia de los mundos 2.0?

– Aprendizaje informal: se dice, se insiste, e incluso se intenta demostrar empíricamente, que lo que sabemos, entendiendo por saber la capacidad que tenemos para resolver problemas de nuestro trabajo y de la vida cotidiana, lo hemos obtenido, en al menos un 80%, por vía informal. Pues bien, estas dos experiencias no harían sino crear las condiciones, fomentar un ecosistema, para que ese aprendizaje infomal se produzca.

– Equipo: Son ideas que han propuesto, a título individual, dos personas, sí; sin embargo, en ambos casos, el equipo del departamento las ha asumido como suyas, es decir, del colectivo. También esto es así, porque los propios autores sienten que su pertenencia a este equipo les faculta a ello. Cuando plantamos un árbol, o sembramos una semilla, su crecimiento depende de que hayamos ejecutado los pasos pertinentes en cuanto a la estación del año, forma de sembrar, herramientas utilizadas…. pero sabemos que su desarrollo quedará condicionado al terreno que hayamos elegido, sus nutrientes, el abono que tenga, los riegos pertinentes…., y ese lugar de cultivo es, tiene que ser, sin duda, el equipo. Os confieso que una de las cosas que más me han gustado (emocionado) de la estancia en Málaga a la que al principio me refiero, es que las personas con las que hemos interactuado, hablaban permanentemente de nosotros como grupo: el equipo de Alicante, la delegación de Alicante, la Diputación de Alicante…. Quiero pensar que, algo habrán percibido que a nosotros mismos se nos escapa, que hace que nos sientan así.

¿Se te ocurre algún otro rasgo que nos ayude a cerrar el decálogo?….¿Nos lo dices?….

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8 respuestas a Rasgos de la cultura innovadora

  1. Añadiría en cuanto a rasgo que son divertidas, y eso le da un punto de atracción para que sean asumidas y utilizadas por las personas.
    Y en cuanto a vosotros, que sois la leche y que generais envidia de la buena 😉

    • josanlatorre dijo:

      Hola David. Estupendo!!. Ya tenemos el decálogo completo!!.
      Efectivamente, estoy contigo. Innovar (al igual que aprender), puede y debe ser divertido.
      Y en cuanto a mi equipo, y tal como tu mismo has comentado en otros ámbitos, ya sabes que te hemos adoptado, jajaja 😉

  2. Hola José Antonio. Coincido con David, si además es divertido el engranaje va solo. 🙂 Y me copio el decálogo como referencia, claro.
    Besos!

    • josanlatorre dijo:

      Hola Isabel.
      La aportación de «divertido» me parece muy buena. Curiosamente, en el blog profesional, en este mismo post, también hacen esa propuesta 😉
      Gracias por comentar y difundir
      Besos!!

  3. Hola Josean!
    No voy a decirte nada nuevo, pero en ambas iniciativas y revuelto entre los rasgos culturales del equipo y las personas hay mucha «Ilusión», eso también hay que anotarlo.

  4. Pingback: INNOVANDO EN FORMACIÓN PÚBLICA | Al Trasaire

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