UNA PROPUESTA DE ANÁLISIS DE NECESIDADES FORMATIVAS

A finales del año pasado, y concretamente entre el 30 Octubre y el 30 de Noviembre, colaboré con la EFIAP de Murcia en un proyecto intenso y gratificante a la vez.

El que fuera su director hasta hace unos meses, el amigo Paco Saavedra, me encargó, bajo el paraguas de una acción formativa, que ayudara a la Agencia Tributaria de la Región de Murcia (ATRM) a elaborar y poner en marcha un plan de formación para sus empleados.

Tras reunión de trabajo con responsables de la EFIAP y de la ATRM y posteriores contactos por correo electrónico, telefónicos, etc., se acordó preparar una acción formativa en la que participarían profesionales de la Agencia Tributaria, completándose el grupo con algún técnico de la Escuela y gestores/as de formación del Servicio Murciano de Salud.

La propuesta entendíamos que debía huir del formato de una actividad formativa clásica, en el sentido de impartir lecciones teóricas y supuestos prácticos sobre gestión de la formación por parte de un profesor experto. Muy al contrario, lo que se pretendía era apoyar y facilitar el aprendizaje mediante un proceso de formación-acción, es decir, desde la perspectiva pedagógica de “aprender haciendo”. Por tanto se trabajaría sobre situaciones reales y simuladas para ir elaborando herramientas necesarias para obtener un plan de formación. El resultado habría de ser el que decidieran los propios profesionales participantes en la actividad, entendiendo que eran quienes tenían que gestionarlo y los protagonistas de los procesos que se pusieran en marcha y del aprendizaje que desearan obtener.

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Imagen 1: Esquema que utiliza la EFIAP para determinar qué solución metodológica corresponde según sea la necesidad detectada

Desde esta perspectiva, la EFIAP entendió que estábamos ante una acción formativa encuadrable en su Programa de Innovación Orientada a Proyectos, que combina características propias del Aprendizaje basado en Proyectos (ABP), con otras más propias del trabajo colaborativo de las comunidades de práctica y aprendizaje (CoPs). Los pormenores de esta metodología están descritos en el segundo capítulo del entregable.

Así nace esta actividad a la que denominamos “cómo gestionar la formación corporativa”, y que, dadas las fechas, disponibilidad de recursos, agenda de los profesionales directamente implicados, etc., se acordó subdividir en dos partes. La primera, de la que estamos dando cuenta, en la que se abordó el diagnóstico de necesidades formativas y otra posterior (se está programando en estas fechas) para la elaboración del plan de formación y trabajar sobre la gestión de cursos y proceso de evaluación.

Metodológicamente se estructuró en dos sesiones presenciales, al principio y al final, en las que establecer el itinerario, realizar trabajos prácticos y también alguna reflexión conceptual por mi parte. Entre una y otra sesión presencial, se trabajó en red, utilizando un espacio de la plataforma Moodle de la Fundación para la Formación e Investigación Sanitaria (FFIS) que nos fue facilitado, y también mediante otros instrumentos abiertos de la red: Drive, Formularios google o similares, sin descartar las reuniones de grupo presenciales si la proximidad de los puestos de trabajo de los implicados así lo aconsejaba; todo ello para ir avanzando en las tareas encomendadas. Los participantes podrían también hacer búsquedas en la red para conocer (y utilizar en su caso) recursos disponibles de otros organismos de formación públicos.

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Imagen 2: Portada del documento final

Los participantes también adquirieron el compromiso de elaborar un documento final que recogiera todos los aspectos de la experiencia y que ponemos a vuestra disposición. Os invito a que os lo descarguéis y lo leáis, pues creo que quedan fielmente recogidos no solo una parte importante de los resultados, sino también el camino andado para llegar a ellos.

Las claves del resultado de la experiencia:

Importancia del liderazgo. Cada día estoy más convencido de la importancia de un buen liderazgo comprometido para que un proyecto salga adelante. En este caso, uno de los directivos de más rango de la ATRM participó activamente en las sesiones, en el trabajo de grupos, en los foros virtuales y en la propia redacción del entregable. En los momentos de más «silencio grupal»se preocupó y asumió iniciativas para que el proyecto no se detuviera. Creo sinceramente que aquí estuvo una de las claves del éxito

El trabajo en grupos pequeños. La hoja de ruta establecida (ver punto 3.2 de la publicación) entre ambas sesiones presenciales, se basaba en trabajo de campo llevado a cabo en torno a las 3 perspectivas del análisis de necesidades: las estratégicas (organización), el desempeño profesional (ligadas al puesto de trabajo) y las aspiraciones personales y profesionales (de las personas). Tuvieron que analizar documentos, diseñar formularios, hacer entrevistas. Fue sin duda la tarea que más aprendizaje propició y la que les hizo sentir (creo) protagonistas del propio proceso. El resultado final fue ante todo el fruto del trabajo colaborativo de estos 3 grupos. 

La información obtenida sobre la organización. De las tareas que realizaron los distintos grupos, y como era previsible, salió mucha más información y muy válida de la ATRM. De alguna forma, este proyecto les ha servido, a los dirigentes de la Agencia para obtener una foto nítida de la organización que a buen seguro aprovecharán para actuar. Por ejemplo, el grupo que trabajó sobre las necesidades estratégicas, realizó un DAFO (ver documento) que, obviamente va más allá de las cuestiones formativas. Lo mismo podemos decir de las entrevistas a personas clave o de los formularios al conjunto de profesionales de la organización que hicieron los otros grupos. Con todo ello, puede diseñarse una interesante hoja de ruta para implementar acciones tendentes a la cohesión y compromiso de los empleados que prestan servicio en la ATRM y en definitiva a conformar su cultura corporativa.

El compromiso de los participantes con el proyecto. Desde el principio hemos intentado ayudar a que los participantes sintieran el proyecto como suyo, tomaran conciencia de que se trataba de un trabajo de ellos, para ellos; que los resultados finales serían los que el grupo determinase. Creo que se han sentido protagonistas en el cumplimiento de sus objetivos, con un fuerte compromiso y altos niveles de autogestión. Ello demuestra que, en esencia, somos colaborativos, y quizá los fracasos de participación, cuando los hay, tienen mucho que ver con que no se sientan «propietarios» de su trabajo. Como dice Manel Muntada, hay tres rasgos que conforman la esencia del trabajo colaborativo: voluntariedad, propiedad y autonomía.

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Imagen 3: tomando decisiones en sesión presencial

En definitiva, acepté este encargo por compromiso con Paco, y he obtenido, de vuelta, un gran regalo por todo lo que he aprendido en el desarrollo de este proyecto. ¡¡Muchas gracias!!

ALGUNOS FACTORES QUE INCIDEN EN EL ÉXITO DE UNA COP

Tengo la sensación de que cada vez son más las entidades de formación del sector público que en su oferta están incluyendo actividades directamente relacionadas con el aprendizaje y trabajo colaborativos: comunidades de aprendizaje, comunidades de práctica, grupos de trabajo….. sin duda animadas por los éxitos en sus resultados de los pioneros en esta cuestión, que no son otros que los impulsores del Programa Compartim liderados por Jesús Martínez desde el Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada, del departamento de Justicia de la Generalitat de Catalunya.

En algunos de estos nuevos proyectos de CoP del ámbito público, unos ya en marcha, otros en fase de preparación, he tenido ocasión de participar, al menos indirectamente, lo que me motiva a escribir este post.

Y por otra parte, el cariñoso post que me dedicó recientemente el amigo Jesús Martínez, en el que habla de la “Vía Latorre” a las CoP, me obliga, por alusiones, a esta reflexión sobre aquellos factores críticos relacionados con el éxito/fracaso de las CoP, al menos en nuestro modelo (si es que tiene razón Jesús y existe tal vía)

¿Cuáles serían pues esos factores? (El orden en que los presentamos no presupone prioridad de uno sobre otro)

  1. Cohesión grupal

Para que un grupo funcione (y las CoP no son una excepción), es necesario que haya un buen grado de cohesión grupal. Por lo tanto, es interesante prever actividades que faciliten esta cohesión; las sesiones presenciales pueden jugar un buen papel en ello. Comer juntos por ejemplo. Nosotros siempre aconsejamos que, a la hora de poner en marcha una CoP en una organización, busquemos a aquellos grupos semiconstituidos, con algún interés común, que ya estén “haciendo ruido”. En la medida que ya estén medianamente cohesionados, la garantía de éxito es mucho mayor, y es que el hecho de que cada uno encuentre su papel en el grupo, adopte un determinado rol, genere empatía con el resto, se sienta a gusto, etc… es imprescindible, y previo, para que se pueda ir avanzando y construyendo conocimiento colaborativo

  1. La importancia de las sesiones presenciales

Una de las características de las comunidades de aprendizaje, es que habitualmente combinan sesiones presenciales con trabajo en red. Hoy las tecnologías nos permiten estar conectados en tiempo real sin importancia del lugar desde el que lo hagamos, trabajar en el mismo documento varias personas a la vez, compartir fuentes de información de todo el mundo, etc., desde nuestra mesa de trabajo, o incluso desde el sofá de nuestra casa.

Sin embargo, es muy importante tanto para la cohesión que nombrábamos antes, como para el funcionamiento de la CoP en general, que se programen sesiones presenciales en las que debatir cara a cara sobre aspectos más farragosos o en los que haya menos acuerdo, que tengamos ocasión de “tocarnos”, mirarnos a los ojos cuando hablamos. Estas sesiones presenciales fomentan la participación y hacen también la función de inyecciones de motivación.

En todas nuestras Cops, sin excepción, a la hora de valorarlas, los participantes siempre han coincidido en la petición de aumentar el número de sesiones presenciales. Por lo tanto, es recomendable programarlas y motivar a los participantes para que no falten a ninguna de ellas.

En cuanto a cómo espaciarlas, depende del calendario total, pero siempre hemos intentado que entre una y otra, medie un espacio de entre 4 y 6 semanas.

Las propias sesiones presenciales, además, facilitan la participación on line. Generan una especial motivación, de tal manera que (así lo hemos observado) aumentan las interacciones en la plataforma virtual de la CoP justo en los períodos anteriores y posteriores a cada sesión presencial.

  1. Calendario acordado de antemano

Es muy interesante que en la primera sesión, en el “momento cero” de la comunidad (utilizo la expresión muy acertada de Manel Muntada), se acuerde un calendario cerrado; es necesario establecer fecha de finalización, de celebración de las sesiones presenciales, y adquirir compromisos individuales y grupales respecto a los hitos más importantes de la comunidad.

Tener un calendario fijado, en muchas ocasiones, funciona como una especie de “espada de Damocles”, que nos recuerda las tareas que tenemos pendientes, los compromisos adquiridos con el grupo, los plazos de entrega de resultados parciales, etc.

  1. Elección de herramientas virtuales de trabajo

La comunidad debe acordar con qué herramientas va a trabajar, teniendo en cuenta que, por una parte es necesario un lugar en el que ir construyendo el conocimiento y reflejando los avances, y también que necesita tener una comunicación fluida entre presencial y presencial.

Las mejores herramientas, son aquellas en las que los participantes se sientan más cómodos trabajando. En nuestro caso hemos visto que, más allá de lo que le ofrecemos a cada grupo: espacio en Moodle, Wiki, foros, etc., han trabajado y se han comunicado con aquellas en las que más cómodos se han sentido. Ha habido casos en los que la comunicación por excelencia se ha dado a través de un grupo de WhatsApp. Otros más tradicionales, con correo electrónico creando un grupo ad hoc. También hemos tenido CoP que han utilizado grupos privados en redes sociales….; felizmente el mercado es amplio y gratuito.

No obstante, no debemos olvidar que lo importante es que la comunicación fluya, y que vayamos dando pasos hacia el objetivo que nos hayamos planteado, y que por tanto, la función de la tecnología es apoyar y facilitar esta construcción colaborativa de conocimiento

  1. El entregable

El entregable, el producto final, es algo básico para garantizar el éxito de la CoP. Es el producto que se va a ir construyendo entre todos, fruto del trabajo colaborativo. Es importante que todos los miembros de la CoP se sientan partícipes y reconocidos en él, por lo que hay que definir sus características (el marco), lo antes posible.

El producto obtenido es obra de todos, por lo que al comprometerse con él, cada participante lo está haciendo también con sus compañeros/as de la comunidad.

También es importante que, tenga el formato que tenga, y con independencia del contenido final (guía, libro blanco, esquemas procedimentales….) se adquiera el compromiso de difundirlo posteriormente entre el colectivo de profesionales directa e indirectamente relacionados con la materia sobre la que se haya trabajado. Hay que ser generosos, pues esta es una de las virtudes del trabajo colaborativo en general y de las CoP en particular

  1. El moderador

Para nosotros, esta figura es trascendental. Estamos convencidos además de que el resultado final de la CoP, en una parte bastante importante, está directamente relacionado con la elección del moderador.

Cuando lo intentamos definir, le asignamos tres competencias básicas:

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  • Cierto grado de expertez en la materia/disciplina sobre la que va a versar la comunidad.
  • Habilidades en el manejo de herramientas virtuales, en especial en las que se hayan elegido para trabajar
  • Conocimiento y experiencia en dinámica grupal, de tal manera que sea capaz de moderar, ayudar a avanzar, parar, recopilar, etc.

No se trata de un orden prioritario, sino que las 3 son de importancia equivalente. Ojo, que no reivindico que el moderador haya de ser el líder de la comunidad, para nada. El liderazgo lo tienen y comparten los participantes, pero sí ha de ser capaz de acompañar al grupo hacia su meta, cuidando el mantenimiento de la cohesión.

Seguro que hay muchos otros factores directamente relacionados con el éxito de las comunidades de aprendizaje y/o de prácticas, pero de acuerdo con nuestra experiencia, los señalados anteriormente son algunos de los que hay que tener muy en cuenta.

COMUNIDADES DE APRENDIZAJE EN ADMINISTRACIÓN PÚBLICA: BENEFICIOS Y DIFICULTADES

En varias ocasiones que he tenido intervenciones públicas explicando nuestro modelo de comunidades de aprendizaje, y sobre todo las últimas veces, se me ha preguntado tanto por los beneficios que esta faceta formativa aporta, cuanto por las dificultades que venimos encontrando en su desarrollo. Ello me ha hecho reflexionar sobre el asunto, pensar sobre las claves del éxito de algunas y también sobre aquellas otras cuyos resultados han sido más discretos.

Seguro que hay más beneficios y también más dificultades, pero os apunto los que identifico a partir de nuestra experiencia

¿Qué beneficios aportan las comunidades de práctica a la Administración Pública?

Diría que se obtienen de las CoP, al menos, 3 tipos de beneficios, tanto para las personas que han trabajado en ellas como para sus organizaciones de pertenencia:

. Aprendizaje: o quizá mejor, aprendizajes….. Aprenden sobre la materia objeto de la CoP; a lo largo de los debates y como fruto de la interacción, van incorporando, sin duda, nuevos conocimientos a su bagaje. Pero aprenden también habilidades: a escuchar, a debatir, a trabajar en equipo, a sintetizar, a negociar, a comunicar …… Y todavía habría un tercer aprendizaje, relacionado con el desarrollo de sus capacidades digitales, en la medida que han tenido que moverse por la red, buscar, filtrar, clasificar y curar información, utilizar distintas herramientas de trabajo colaborativo: wikis, google drive, o de compartir e iterrelacionar: dropbox, skype, hangout … escribir en blogs, moverse en la plataforma Moodle, etc.

. Productos: una de las características de nuestras comunidades de aprendizaje es que se comprometen, a lo largo de la misma, a realizar un “entregable” (en el formato que sea), entendido como producto final y resultado del compromiso conjunto que adquirieron cuando se configuraron como comunidad y se plantearon el objetivo de la misma.

Estos productos, además, se comparten luego con el resto de los profesionales de los ayuntamientos de la provincia y se cuelgan en Internet para que puedan ser consultados y descargados libremente por quienes pudieran estar interesados en la materia de que se trate.

Nos vamos dotando, pues, de textos, guías, portales, manuales de diversas disciplinas, muy útiles para la organización y para el autoaprendizaje de otros empleados

. Creación de redes: aunque la CoP tiene un periodo “formal” de vida, nuestra experiencia nos demuestra que –en la práctica totalidad de casos- los miembros de la comunidad siguen conectados, bien para trabajar en otro tema, para profundizar en el mismo o incluso simplemente para relacionarse de manera virtual y también presencial para otras cuestiones. En todo caso, como digo, queda establecida una red a la que la organización puede acudir en un momento dado para encargar algún trabajo, o la propia red, en la medida que está viva, puede proponer nuevas reflexiones sobre cualquier temática

¿Cuáles son las dificultades a las que se enfrenta la Administración Pública para trabajar en comunidades de práctica?

En cuanto a las dificultades, en general, para trabajar con esta metodología, señalaría algunas que me vienen a bote pronto:

– Participación: entre sesión presencial y sesión presencial, cuando hay que trabajar on line, hay una parte del grupo que se relaja, y se cumple lo que los estudiosos del tema nos dicen respecto a la tipología participativa habitual. Se dan tres perfiles, a saber: el núcleo duro (siempre disponible) compuesto por no más de 3 o 4 personas muy proactivas, un primer círculo concéntrico conformado por los reactivos (hacen si se le pide directamente), y los periféricos, que suelen ser meros «voyeur«.

Cuando el resultado final está totalmente vinculado al trabajo colectivo, éste se resiente si hay falta de participación

– Falta de cultura 2.0: habitualmente identificamos formación y aprendizaje con un modelo demasiado habitual, consistente en que uno habla y muchos escuchan (en el mejor de los casos), por lo que, culturalmente, a veces, cuesta aceptar que en las CoP, el papel activo no lo tiene el profesor, sino el participante, cuestión, por otra parte, que intentamos trasladar a toda la formación.

En este sentido, los empleados en general son más reticentes a inscribirse en una comunidad que en un curso “formal”.

Por otra parte, sigue pesando mucho la identificación de comunidad, grupo de trabajo, formación, etc. con “presencialidad”. Sigue siendo una dificultad el desconocimiento del uso de herramientas digitales imprescindibles, o incluso usar para cosas serias y que tienen que ver con el trabajo, redes a las que se identifica más con el ocio

– Grado de «expertez» de los participantes: cuando hablo de nuestras comunidades de aprendizaje, y también cuando he escrito sobre ellas se suele suscitar la pregunta: ¿Cabemos todos en una CoP?; mi contestación es que no. Creo que esta metodología de trabajo y de aprendizaje tiene mucho más sentido y mejores resultados si quienes participan en ellas son expertos en sus respectivas materias; en esa línea, quien tiene gran experiencia en su puesto de trabajo, aporta (y recibe) más que alguien que es nuevo en la organización o que acaba de aterrizar en un nuevo puesto.

¿Qué opinas? ¿Qué beneficios y dificultades añadirías?

INNOVANDO EN FORMACIÓN PÚBLICA

innovacion_públicaEl departamento de formación de la diputación de Alicante, inició a finales de 2009 un proceso de reflexión estratégica para determinar cómo abordar el futuro del servicio de formación que se presta desde el mismo a los empleados públicos de los ayuntamientos de la provincia y de la propia diputación y sus organismos autónomos.

Internet en general y la web 2.0 en particular han modificado radicalmente los sistemas de acceso a la información y las maneras de convertirla en conocimiento, no solo por su vertiente tecnológica sino también por la componente colaborativa que se ha puesto en valor.

En esa reflexión estratégica a la que me refiero, vimos que los modelos tradicionales de enseñanza aprendizaje que estábamos ofreciendo, devenían en obsoletos a velocidad de vértigo. Ya no nos servía el “profesor sabio”, depositario del conocimiento que lo transmite al “alumno ignorante”. Nuestra capacidad de resolver con éxito las cuestiones laborales que se suscitan a diario en nuestros respectivos puestos de trabajo, dependen del aprendizaje experiencial y social en su mayor parte, suponiendo el formal una mínima expresión del mismo.

En esta tesitura, nace nuestro proyecto Formación 2.0 (premio AEVAL a la gestión del conocimiento en la convocatoria 2011), cuya hoja de ruta nos dirige hacia la puesta en marcha de actividades formativas con formatos innovadores tendentes a remotivar a nuestros empleados públicos y a potenciar y poner en valor su conocimiento particular y organizacional. Esto, unido a nuestra manera de entender la innovación como uno de los valores del departamento, nos ha llevado a poner en marcha distintas experiencias innovadoras que, de manera resumida, señalamos a continuación:

Jornadas de Networking

networkingPretendemos, con ellas, poner en valor el conocimiento y la experiencia de los técnicos informáticos de nuestros municipios, de manera que puedan debatir y encontrar soluciones viables y eficientes a los problemas que se les plantean de forma cotidiana.

Hasta el día de hoy, se han realizado 17 jornadas de medio día de duración, en las que se proponen una o varias soluciones, presentadas por un técnico informático de un ayuntamiento o de una empresa del ramo, y en la que primamos espacios para la conversación, clave del networking.

Pedro Saiz es el alma mater de este proyecto y la selección de las temáticas que se tratan se deciden de forma colaborativa entre los interesados, bien en las reuniones presenciales hechas al efecto, bien a través de la comunidad que tienen establecida en nuestra plataforma Moodle.

Fem un café?

Esta iniciativa fue puesta en marcha por el profesor y traductor de valenciano, David Azorín, como un modo informal, dinámico y social de aprender y practicar esta lengua. Consiste en poner en común a gente con un mismo interés: aprender o practicar valenciano, y nuestra labor es favorecer esos espacios de encuentro entre ellos. Es una iniciativa que propicia aprendizaje, pero también red, y eso siempre beneficia a la organización.

Aquí se ha puesto en marcha para potenciar el aprendizaje y perfeccionamiento del valenciano, pero obviamente es aplicable a cualquier otro idioma y por qué no, a otras disciplinas.

Comunidades de aprendizaje

Se trata posiblemente de nuestra experiencia más sólida, tanto por el tiempo que lleva en marcha (es el 5º ejercicio que las incluimos en nuestro plan), como por los resultados que se están dando, en términos de aprendizaje y también de productos (entregables) que encontrarás en nuestro almacén de recursos.

Nuestras CoP  son, básicamente, grupos de profesionales expertos que trabajan (aprenden colaborativamente) en la elaboración de una guía, protocolo, recurso … determinado que luego ponen a disposición de la comunidad. Las características definitorias de las mismas las habrás visto en la receta del video anterior

Con relativa frecuencia nos piden que hablemos de ellas en otros foros, por lo que ya comienza a haber cierta “literatura”. Si tienes interés por conocerlas mejor, aquí puedes obtener mayor información o bien contacta con nosotros.

Proyecto Disraeli

A iniciativa de Rafa Lifante, este proyecto consiste en crear una cadena entre trabajadores que permita sacar a la luz sus destrezas y habilidades. De este modo, se pone en común un conocimiento que hasta ahora permanecía oculto, y se promueven las relaciones entre el personal de la institución.

adhesivo_disraeliDisraeli también está teniendo mucho recorrido, aunque es muy joven (se inició en Enero de 2014) y cada vez son más las instituciones interesadas. Fue premiado por el INAP en unas jornadas de innovación y recientemente acaba de ser premiado (te estoy dando la primicia) en la 5ª edición de los premios Cegos y Equipos&Talento en la categoría Formación y Desarrollo

En este artículo, podrás encontrar más y mejor información y, en todo caso, puedes contactar con nosotros en el departamento de formación de la diputación de Alicante y con mucho gusto hablaremos de Disraeli. Puedes visitar también su sitio de Facebook y de Youtube

Las diez cosas que debes saber

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Se trata de un proyecto puesto en marcha muy recientemente, dentro de este año 2015 y es tan sencillo como potente.

Son píldoras formativas en formato de PowerPoint, con una estructura determinada tanto en el aspecto formal como en el de contenido; en un número limitado de diapositivas hay que explicar una cuestión (receta) práctica sobre cualquier materia de interés en el ámbito público, con la peculiaridad de que son nuestros profesores colaboradores los que preparan los decálogos sobre los temas que dominan, para compartirlos de forma desinteresada en nuestro canal de Slideshare.

Trata de ser un repositorio abierto de contenidos, al servicio de quien le interese. Por cierto ¿quieres participar? ¿Nos haces alguna propuesta? La forma de hacerlo verás que es muy sencilla.

Pensamos que todos estos proyectos son innovadores, y clara expresión de lo que nosotros entendemos que debe ser la cultura innovadora. Hace un tiempo escribíamos un post bajo el título “Rasgos de la cultura innovadora” en el que intentábamos explicar nuestra manera de ser y actuar como equipo.

Y una última cosa; la clave de la innovación son (somos) las personas. La innovación es, más que nada, una actitud y una manera de entender lo público.

Nota: este post es el compendio de otro publicado por nuestra compañera Itziar Esteban en el blog del departamento, y de un breve artículo escrito a raíz de mi participación en unas jornadas de innovación en la Universidad de Murcia el mes pasado

EL AÑO DE LAS COPS

Replico aquí el post que también he publicado en el blog profesional

Cuando apenas quedan unas horas para que termine el año 2013, y se multiplican los mensajes de felicitación, pensamos en un momento en las cosas mejores y peores que ha tenido este tiempo que termina y desde luego, si por algo ha sido significativo para nosotros, hemos de referirnos a las comunidades de aprendizaje, a las que nombramos bajo el acrónimo CoPs.

Efectivamente, 2013, ha sido el año en el que hemos consolidado esta metodología formativa y aunque nuestra experiencia es todavía muy humilde (9 comunidades), ya estamos en condiciones -creemos- de reflexionar, e incluso intentar teorizar sobre ellas, pues si algo hemos aprendido a lo largo de estos 3 últimos años (la 1ª CoP la desarrollamos en 2011) es que nuestro modelo, aun teniendo cosas en común con los de otras instituciones, tienen algunas características que lo hacen diferente.

Hemos tenido ocasión, sobre todo en el ultimo mes, de contrastar lo que hacemos en distintos foros formativos del ámbito público. Así, a comienzo de Diciembre, y de forma virtual, participábamos en la VIII Jornada Compartim organizada por el CEJFE del departamento de Justicia de la Generalitat Catalana, mediante el video que os ponemos a continuación, elaborado ad hoc para este evento:

Por otra parte, el pasado día 19 viajábamos a Oviedo para participar en el IAAP (Instituto Asturiano de Administración Pública) en la Jornada sobre «Experiencias y Buenas Prácticas en acciones formativas basadas en el trabajo colaborativo: Grupos de Trabajo» y así teníamos ocasión de saber lo que se hace tanto en la administración autonómica asturiana, como en la de Murcia, toda vez que compartimos viaje y jornada con Paco Martínez, secretario de la Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia, que también nos habló de los grupos de trabajo impulsados en la vecina comunidad autónoma.

Contamos nuestra experiencia en el IAAP a través de una metáfora, intentando explicar lo que hacemos a través de «una receta, doce películas y una canción». La receta ya la habéis visto, y con doce cortes de otras tantas películas conocidas pretendemos ilustrar las lecciones aprendidas en estos años. No tenemos disponible la presentación, pues los videos con los trozos de película no están en Internet, pero os prometemos que tendréis noticias durante 2014, pues pretendemos escribir sobre cada una de estas «lecciones aprendidas».

También en Diciembre, hemos cerrado la parte formal de las comunidades del plan 2013 que estaban todavía en funcionamiento. Manel Muntada, uno de los moderadores, concretamente de la denominada «El Gestor de Formación 2.0«, publicó en su blog un post dedicado a las CoPs, que también ha propiciado que en este mes hayamos dedicado mucho tiempo a la reflexión sobre el funcionamiento de nuestras comunidades.

En este artículo que os inserto a continuación, queda bastante reflejada nuestra concepción de comunidades; es más, hay incluso una breve descripción de cada una de ellas. Ahora tenemos el reto de ir maquetando y publicando los «entregables», pues una de las características que las definen es que, el producto final, esté a disposición de todos los interesados.

Este relato del que os hablo, forma parte del capítulo 7 de la publicación «Herramientas y Procesos para el trabajo colaborativo», publicado por nuestros compañeros del programa Compartim de la Generalitat Catalana. De momento está solo disponible en catalán, pero nos han comentado que en breve colgarán una versión en castellano.

Mis mejores deseos para 2014. ¡¡Que podamos seguir hablando ( y aprendiendo) sobre trabajo colaborativo!!